viernes, 9 de octubre de 2009

Te dejó....


Amado mío:

¡Amado mió!, que mal sabor tiene esa frase hoy, puesto miento, ya no te amo, al igual que sé no me amas tú.

La palabras entre nosotros ya no sirven, se han llenado de reproches, noches de insomnio, peleas e insultos. Ya no sirve hablar, nuestros ojos reflejan el desencantó, la poca pasión, ocupamos un lugar común pero somos dos extraños.

¿Qué pasó con nuestros años felices? ¿Dónde fueron a parar? ¿Dónde se nos olvido el reírnos y de las cosas sencillas disfrutar? Tantas preguntas sin respuesta, tanto dolor anidado en nuestros corazones, ¿quizás si tan solo pudiéramos hablar sin gritar?

Tego una garra viva dentro del cuerpo, que me desgarra y me hiere, el desencantó se apoderó de mi, te miró y no te conozco, no sé quien eres, púes no eres de quien me enamoré. No estoy exenta de lo mismo, se que tampoco soy la que un día juraste por siempre querer.

Que desencantó es la vida, que injusta a veces puede ser, después de habernos amado tanto, hoy odiarnos con todo el ser.

No podemos recuperar el amor perdido, ese se murió sin esperanzas de renacer, por eso hoy te dejo esta carta, la última que te daré.

Debemos ser justos, uno de los dos se debe marchar y prefieró ser yo, antes que el desamor llegué a ser más grande.

Te dejó los recuerdos que te pertenecen, yo los míos me llevaré, en el camino me iré deshaciendo de los que no sirven y sólo con los buenos me quedaré.

Te dejo esta última carta y la última rosa, en memoria del amor que un día nos unió, solo Dios sabe que fuiste para mí un inmenso amor y que si me marchó es para no causarte más dolor.

Adiós!!!.

Antes...

Te miró y tus silencios ya no me dicen nada
antes tan solo una miraba nos bastaba
para llegar a los mas recóndito del alma.

Me escapo de tus brazos en la noche
antes soñaba con disfrutar tu cuerpo
y entregarme por entera enamorada.

Tu besos me saben a dolor, hielo y hiel
antes, tan solo con besarme lograbas
que muriera y naciera al placer

Tus caricias me saben a desgano
antes con tan solo el roce de tus manos
yo llegaba al total y frenético desenfado.

¡Antes, antes, antes¡¿que paso con ese antes?
donde yo te amaba más que a mi misma,
dime por favor ¿Qué paso con ese antes?





jueves, 8 de octubre de 2009

Déjame

Mi amor no te aprisionará ni quitará la libertad, sólo déjame amarte sin medida ni conciencia, solo necesito tu permanencia.

Déjame quitarte el dolor que antes te han causado, déjame borrar con mis besos y caricias la desconfianza que te produce el amor.

No quiero que gires en torno a mi, ni yo hacerlo en torno a ti, más quiero que conformemos un universo, donde lo importante sea ser feliz.

Déjame que te acaricie al anochecer y despertarme abrazada a ti, déjame disfrutar de tu cuerpo y de tu alma también.

Amor déjame amarte sin medida, déjame enseñarte mi forma de querer. Disfruta del amor que te tengo, aún creyendo que no me podrás querer.

No soy la mejor mujer del mundo, ni tampoco lo pretendo ser, pero te juró que haré todo por ser la mejor para ti.

Déjame disfrutar de tus silencios, de tus mañas y tu tosca manera del cariño demostrar. Déjame compartir tu vida, con errores, fracasos y demás.

Déjame amarte, púes a mi ya no me importa amar a nadie más.

martes, 6 de octubre de 2009

Anoche...

Viniste a mi cama anoche, etéreo y sutil,
te recostaste a mi lado y me abrazaste
y al sentir tu presencia no me quise mover.

Te conté de mis vacíos emocionales,
de mis penas por haberte fallado
y no ser tan feliz como quisieras tú.

Tú aroma lleno mi habitación
mientras yo me perdía en la sin razón
de tenerte otra ves y decirte, ¡Mi amor!.

Temía moverme y que volaras
otra vez a ese más allá
donde solo puedes ir tú y yo no puedo llegar.

Te conté de mis fracasos y mis triunfos
de la desesperanza que me produce el amor
y de lo sola que estoy y como me duele el corazón.

Sentí tu brazo apretarme más
y aunque no había ningún sonido
yo tu voz nuevamente pude escuchar.

Me prometiste encaminar a mis pasos
a un amor que me fuera leal,
para que te dejará de llorarte y volvierá a amar.

Me prometiste como aquella última vez
que tú nunca me ibas a dejar,
pero que ya era tiempo de continuar.

Quise retenerte a mi lado, y una mano alce
pero solo fué el espacio vació el que toqué,
me quede temblando y otra vez lloré.

Después de anoche entendí que debo vivir,
que tú desde el cielo cuidaras de mí
y que yo te debo una promesa, ¡Ser feliz!.